Una cortina de aire suministrando un flujo de aire a alta velocidad a través de la abertura de la puerta reducirá sustancialmente que las moscas y otros insectos voladores entren en el interior de un edificio.
La presencia de estos insectos en plantas de producción de bebidas y alimentos, restaurantes, comedores públicos, supermercados, hospitales y otros locales del sector alimentación, puede provocar la contaminación de alimentos y en consecuencia poner en peligro la salud pública.
Las cortinas estándar diseñadas para control climático no son válidas para el control de insectos porque se requiere una mayor velocidad del aire.
Según la NSF/ANSI 37-2012 Air Curtain for entranceways for food and food service establishments, el mínimo rendimiento dependiendo del tipo de puerta es:
Otros requisitos para proteger correctamente la entrada de insectos son:
Las cortinas de aire para el control de insectos se pueden montar tanto en el interior como en el exterior de la puerta. Cuando el edificio contenga olores que puedan ser atractivos para los insectos, se recomienda instalar la cortina de aire en la parte exterior de modo que el aire que se utiliza no porte estos olores.
Además de los insectos voladores, las cortinas de aire también pueden evitar en gran medida la entrada de roedores. Varias investigaciones han demostrado que a las ratas, ratones y otros animales peludos, no les gusta la sensación que les produce una cortina de aire en su pelaje y tienden a evitarla.