La mayoría ha oído hablar desde niños de “La Sirenita”, “El soldadito de plomo” o “El Patito feo”. Estos son sólo tres títulos de la obra de Hans Christian Andersen, que cuenta con más de 200 historias para niños y adultos. Y el edificio que han levantado en su honor se ha convertido desde verano en un espacio mágico para niños y mayores con la más alta tecnología en sus instalaciones, como las cortinas de aire.
El museo es el pulmón de Odesen, lugar de nacimiento del autor más prolífico y reconocido de la historia de la literatura danesa. Los poblados jardines son el elemento principal en torno al que se erige esta joya arquitectónica, que se ha posicionado como uno de los edificios más poéticos del momento.
Su arquitectura y diseño interior ha contado con los más reconocidos profesionales. El nuevo museo ha sido diseñado por el arquitecto japonés Kengo Kuma y su equipo, que también son los artífices del estadio olímpico de Tokio. Como parte del proceso de diseño, Kuma se ha inspirado en el cuento de Andersen "El polvorín", en el que un árbol revela un mundo subterráneo, que mágicamente abre nuevas perspectivas justo delante del espectador. Otros doce artistas internacionales forman el equipo de diseño de interiores y exteriores de este reducto de fantasía e imaginación.
El recinto del museo ocupa una superficie de 5.600 metros cuadrados y cuenta con una casa para niños y un museo subterráneo que se entrelaza con un jardín mágico dispuesto a su alrededor. Además, el edificio se ha concebido con un amplio abanico de tecnologías innovadoras que desarrollan la escenografía de última generación, contribuyendo a que el universo mágico de Andersen cobre vida.
Como última tecnología de ahorro energético, para convertirlo en un edificio más sostenible y ecofriendly, el distribuidor danés Movair ha dotado al espacio de cortinas de aire ZEN de Airtècnics, que aportan confort a los visitantes, quienes no se ven afectados por posibles corrientes de aire, entre otras ventajas de las cortinas de aire.
Las imágenes utilizadas han sido cedidas por el Museo HC Andersen