El reto de higiene ambiental al que nos enfrentamos no tiene precedentes. La Sala Salamandra es consciente de ello y, para asegurar que los asistentes a sus conciertos puedan disfrutar de la cultura segura y mantener su actividad comercial, han optado por instalar el purificador de aire y desinfectante de superficies K7.
La sociedad se ha visto obligada a dar un giro de 180o en la forma de hacer, en todos los ámbitos de la vida, para poder adaptarnos a las medidas de prevención de propagación de la COVID-19. Y debido a ello, ha cobrado importancia algo que antes no se tenía tan en cuenta: respirar aire puro.
Por eso, el purificador de aire K7 de Airtècnics es una opción ideal en espacios cerrados, amplios y diáfanos que aglomeran a un gran número de personas. En este caso, en una sala de conciertos donde se baila, canta y grita. Este dispositivo de desinfección de aire y superficies es una opción discreta porque se instala en el techo, bien empotrado o en suspensión, de tal forma que también se logra evitar la manipulación de personas ajenas al establecimiento.
El dispositivo de desinfección apenas requiere mantenimiento, tan solo el cambio del cartucho de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) con la que funciona. Además, la desinfección de radicales hidroxilo se combina con la acción desinfectante de la fotocatálisis, gracias a un led ultravioleta cuya luz incide exclusivamente en una turbina bañada de dióxido de titanio.
Ambas tecnologías funcionan en una combinación que asegura la reversión de aire limpio a la sala y la propagación de radicales hidroxilo que eliminan y desactivan virus, bacterias y otros compuestos orgánicos volátiles contaminantes del ambiente y las superficies, sin causar perjuicio alguno en el ser humano.
Este sistema aplica tecnologías naturales, basadas en el funcionamiento de descontaminación de la naturaleza. Por un lado, los radicales hidroxilo son el “detergente” de la troposfera; por otro, la fotocatálisis actúa como lo hace la fotosíntesis en la naturaleza.
Noticias relacionadas: