El dispositivo de purificación en base a tecnología OH utiliza radicales hidroxilo para inactivar el 99,9% de microorganismos, eliminar olores y reducir los Compuestos Orgánicos Volátiles (VOCs, en inglés) y las partículas PM que hay en suspensión. Aunque ya se ha comprobado que esta tecnología basada en Procesos de Oxidación Avanzada (AOP, en inglés) es segura y eficaz para ciertos virus y bacterias, es necesario revisar cuáles son los patógenos más prevalentes en los centros educativos para definir la efectividad de la tecnología OH en estos espacios.
Las enfermedades infecciosas más comunes entre niños y niñas de edad escolar afectan mayoritariamente al tracto respiratorio superior o al gastrointestinal [1] [2] [3].
Dentro de los patógenos que afectan al tracto respiratorio encontramos los virus que dan lugar a resfriado común (el agente causal más prevalente es el Rhinovirus, aunque también son frecuentes el Virus Respiratorio Sincitial, los virus Parainfluenza y los virus de las familias Adenoviridae y Coronaviridae), el virus Influenza responsable de la gripe, aquellos que provocan dolor de garganta (aunque suele ser síntoma del resfriado o de la gripe, en 1 de cada 3 casos en niños se debe a Streptococcus pyogenes -o también llamado Streptococcus grupo A, que también puede causar conjuntivitis-), la bacteria Bordetella pertussis que provoca tos ferina, y las bacterias causantes de meningitis (el agente causal más típico es Neisseria meningitidis aunque también son relevantes Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae).
Los virus del resfriado común y de la gripe, y las bacterias causantes de meningitis pueden provocar infecciones de oído. Todos estos se transmiten por vía respiratoria a través de gotas y microgotas liberadas al hablar, respirar, toser, etc. por lo que son susceptibles de ser atacados por los radicales hidroxilo cuando se encuentran en el aire.
Los microorganismos causantes de gastroenteritis más comunes en los centros de cuidado de niños son los virus Norovirus, Rotavirus y Virus de la hepatitis A; las bacterias Salmonella, Escherichia Coli y Shigella; así como los parásitos Cryptosporidium, Cyclospora y Giardia. Las enfermedades gastrointestinales se transmiten principalmente vía entérica aunque, igual que los que los de vía respiratoria, pueden mantenerse un tiempo en fómites (superficies u objetos).
Cabe remarcar también la importancia de Staphylococcus aureus (causante de impétigo y muy prevalente en las aulas -corresponde a un 41% del total de microorganismos detectados[4]-), del virus Coxsackievirus (causante de la enfermedad de manos, pies y boca), el Virus de la Hepatitis B y el Virus de la Inmunodeficiencia Humana, todos ellos de transmisión por contacto directo con fluidos o la piel.
Se ha comprobado en gran cantidad de estudios la transferencia de patógenos de manos a fómites y viceversa[5]. Según las características de cada microorganismo (como su estructura externa) y del ambiente (como la humedad o la exposición a radicales hidroxilo) el tiempo que aguantan en una superficie puede dilatarse o acortarse. Por norma general los virus no-envueltos son más resistentes que los envueltos, aunque no siempre es así: el virus envuelto Influenza resiste 48 horas en una superficie seca pero el virus no-envuelto SARS-CoV sobrevive hasta 96 horas, por ejemplo.
En un aula actúan como fómites los teclados, los grifos, el material escolar, los dispensadores de toallas y los pupitres, en los que hay una alta presencia general de virus y bacterias5 .
La efectividad del purificador sobre siete de los patógenos comentados ya ha sido testada en distintos laboratorios (ver Figura 2) y justificada en el artículo Vimbert et al.[6] . De acuerdo con la toma de muestra (aire o superficie), las condiciones de humedad, el tiempo de exposición a radicales hidroxilo y las características de cada microorganismo, los informes muestran tasas de reducción de entre el 99,9 y 37 %; resultados que permiten concluir que la tecnologia OH es eficaz en la desinfección y purificación de espacios educativos protegiendo a nuestros pequeños y al personal docente.
[1] Churchill RB, Pickering LK. Infection control challenges in child-care centers. Infect Dis Clin North Am. 1997;11(2):347-365. doi:10.1016/s0891-5520(05)70360-3
[2] CDC, Children’s diseases and conditions. https://www.cdc.gov/parents/children/diseases_conditions.html
[3] Mink CM, Yeh S. Infections in child-care facilities and schools. Pediatr Rev. 2009;30(7):259-269. doi:10.1542/pir.30-7-259
[4] Wang Z. (2007). Potential pathogens in the school environment.
[5] Bright KR, Boone SA, Gerba CP. Occurrence of bacteria and viruses on elementary classroom surfaces and the potential role of classroom hygiene in the spread of infectious diseases. J Sch Nurs. 2010;26(1):33-41. doi:10.1177/1059840509354383.
[6] Martínez Vimbert R, Arañó Loyo M, Custodio Sánchez D, Garcia Raurich J, Monagas Aasensio P. Evidence of OH· radicals disinfecting indoor air and surfaces in a harmless for humans method. International Journal of Engineering Research & Science. 2020 April; Vol 6, Issue 4.